PERDÍ MI BRÚJULA
Te ha pasado que un día te despiertas y sientes que algo no encaja? Como si creciste tanto durante una sola noche que el camisón te queda pequeño al día siguiente.
Haciendo una introspección sobre mi vida, pude darme cuenta que varias veces me sentí “perdida”, que no encontraba mi objetivo, que mis sueños, mis metas y lo que realmente quería para mi había cambiado. Ahí descubrí algo tétrico: perdí la brújula de mi vida.
Debo contarles algo, no hace falta ser una expendedora de pan, una destacada empresaria freelance o una famosa conductora de un popular programa de tv para sentir ese gran vacío en el pecho (y en la cabeza) en la que de pronto te sientes inmerso cuando descubres que lo que haces (o lo que eres) no es lo tuyo, tal vez no lo pensaste así... O tal vez estas justo donde creíste querías estar, pero no.
Dicen que cuando entras a los 40 es de “terror”, pero para muchas personas, ese mismo terror lo siente un niño (12 años) cuando le preguntas que quiere ser cuando sea grande y él no lo sabe, o el joven que recién graduado de preparatoria debe ir a la universidad y aún no sabe que estudiar, o la ama de casa que sabe que quiere hacer algo pero no descubre qué es...Y así un sin fin de ejemplos podría citar ahora, lo cierto es que esto es algo que puedes sentir en la "crisis de los 30, 40, 50"...
Entrar en esta "crisis" tiene sus ventajas: nos obliga a pensar en nosotros mismos, nos hace más maduros, somos más conscientes de tomar decisiones pensando en las posibles consecuencias (buenas o malas)… y si, terminamos haciendo un inventario de todo lo que hemos vivido. A veces descubrimos que no todo es color de rosa, pero aún con todos los tropiezos, pérdidas y dolor, seguimos de pie.
Para retomar la dirección se puede practicar un ejercicio que consiste en preguntarte ¿qué te hace sumamente feliz? Escribe las respuestas, léelas atentamente las veces que sea necesario, ponte en acción y luego redirecciona la brújula de tu vida. Uff, lo escribí rápido pero sabrán que no es fácil (y quien transita por este camino sabe a que me refiero).
Escribo este post y lo hago como catarsis tratando de reencontrarme entre las letras. Y lo comparto contigo porque últimamente he coincido con viejas y nuevas amistades, personas famosas y anónimos que de repente hablan (o publican) que sienten que han perdido la brújula de su vida. Y es normal sentir que el rumbo por donde vamos no es el que queremos; y es aún más importante detenerte y determinar hacia dónde ir, que queremos lograr y qué queremos hacer conscientemente.
Si lo piensas, a los 40 (por ejemplo) se vive una gran etapa de la vida; etapa donde tenemos fuerza mental y física para disfrutar lo que tienes y lo que viene en los próximos años. Tener más de cuarenta años no es malo, ni feo, ni humillante, no estamos viejas, ni tenemos que sentir miedo a la soledad. Si modificas tu actitud sobre cómo te ves y te sientes contigo misma seguramente te sentirás mucho mejor.
Solo tú puedes re-descubrirte y re-diseñar tu vida, sabiendo que en la medida que dejes de darle poder energético a los demás con sus opiniones, que decidan o determinen qué y cómo debes hacer las cosas; mejor y mas fácil será para tí lograrlo.
Equivocarse no está mal, perder el rumbo tampoco, pasa que a veces la vida te pone ante un gran buffet de oportunidades donde tú eliges tomar o dejar ir.
Excelente lectura de la autora cechicg, que bueno tenerla por aqui en mi blog.
ResponderEliminar